EFECTOS DEL DIVORCIO EN NIÑAS Y NIÑOS DE NIVEL PREESCOLAR
EFECTOS DEL DIVORCIO EN NIÑAS Y NIÑOS
DE NIVEL PREESCOLAR.

Una de mis pasiones aparte de diseñar ropa para educadoras y maestras, es ser psicóloga y ejercer mi carrera como tal; muchas veces me encuentro en enorme disyuntiva para poder decidirme por qué área elegir: si dedicarme a ser empresaria o bien, atender a mis usuarios y pacientes; lo he meditado con detenimiento una y miles de veces, he tenido con soberanas discusiones el equipo que forma Moda Clau´S, porque desean que cada día me involucre en este gran emprendimiento, he hecho malabares para poder encontrar un punto de equilibrio o más bien, de balance que me permita poder coincidir en ambas pasiones; después de tantas vueltas al asunto, tomo acción y elijo abrir este blog con la idea de compartir mis experiencias y saberes desde la psicología a todas aquellas maestras, educadoras, profesores, mamás y papás interesados por la educación y crianza de niñas y niños, esperando sea de utilidad práctica para cada uno de ustedes.
Y sin más preámbulos, me introduzco con el tema; en nuestro país, la tasa de divorcio ha aumentado en los últimos años y es una de las situaciones que generan más estrés en la infancia, debido a la ruptura de la relación entre los padres, que para los hijos son las figuras que forman la base de su seguridad y apoyo en su crecimiento y por los conflictos que por lo mismo enfrenta la pareja durante el proceso.

Con el divorcio, los niños experimentan un cambio en la vida que conocen y la pérdida de la intimidad cotidiana con una de sus figuras parentales. El divorcio transforma completamente su rutina de vida, modifica a las personas cercanas que se quedan a su cuidado, a los amigos y en ocasiones hasta el lugar de residencia y la escuela. Todo esto conlleva a la necesidad de aceptar la separación y ajustarse a los nuevos cambios de su vida cotidiana, enfrentando el duelo que esto supone.
Además, en esos momentos de crisis cuando los padres están menos disponibles para hablar con sus hijos, ya que se encuentran muy preocupados por sí mismo, deprimidos o desorientados y, por lo tanto, tienen poca disposición para atender las necesidades de sus hijos, lo cual afecta aún más la situación de éstos. Por ello, la enorme importancia del papel de las educadoras y educadores que se encuentran próximos a la vida de niñas y niños en el aula, pudiendo ser un gran soporte de contención emocional a efecto de que puedan tener un espacio de expresión y les puedan ir aclarando algunas dudas que pueda mitigar su ansiedad y descontrol interno.

En general en edad preescolar los niños tienen limitaciones que su mismo nivel de desarrollo les impone y que imprime características particulares a esta experiencia, al no estar plenamente desarrollada su capacidad de comprensión. Algunos de los sentimientos y emociones que experimentas las y los niños son:
MIEDO AL ABANDONO: Cuando hay un divorcio en esta etapa, la total dependencia física y psíquica del niño hacia sus padres hace más fuerte el temor al abandono. Algunas de las inquietudes que los hijos pueden manifestar en esta etapa son, por ejemplo: ahora ¿quién nos llevará a la escuela?, ¿quién nos sacará a pasear?, ¿dónde vamos a vivir?, ¿quién nos va a cuidar?, entre otros. Pueden temer que, al estar con uno u otro padre, no vuelvan a ver al otro, que no se encuentran con ellos en ese momento.

FANTASÍAS DE RECONCILIACIÓN: A esa edad los niños suponen que la “separación” de sus padres se puede solucionar y que no es definitivo, ellos no tienen lo suficientemente claro el significado de divorcio; por lo que pueden conservar durante mucho tiempo la esperanza de ver al padre o a la madre que no está con ellos. Esta expectativa se puede acrecentar en vacaciones, cumpleaños o en las festividades de las escuelas en las que la familia se une, y hasta un simple saludo puede ser interpretado como un signo de acercamiento entre sus padres.
SENTIMIENTO DE CULPA: Los infantes se sienten culpables de la separación de sus padres debido a que todavía no está plenamente desarrollada la noción de causalidad de los acontecimientos. Todas las explicaciones que puedan dar a los hechos están centradas en sí mismos; además, esto se agudiza cuando los mismos padres los involucran en participar en procesos legales y son escuchados por la autoridad judicial para que declare con quién de los progenitores desea quedarse o si por parte de alguno de ellos ha recibido algún tipo de violencia que pueda negarles el derecho de custodia. Generar que niñas y niños en edad preescolar participen en procesos legales sobre asuntos de divorcio, guardas y custodia, convivencia familiar, pensiones alimenticias y pérdida de la patria potestad, son de los elementos más nocivos para la salud emocional de ellos, ya que pueden generales huellas de culpa que permanecerán por un largo tiempo en su vida.
REGRESIONES: Como chuparse el dedo, habla infantil, hacerse pis en la cama, tener rabietas, mostrarse más dependientes de los padres y conductas más infantiles (dejar de usar los cubiertos, pedir el biberón), volver a establecer relación de apego con algún objeto de apego de etapas anteriores como mantas, muñeco. Son muy frecuentes en los preescolares y cuando se soluciona el divorcio de forma madura y responsable suelen desaparecer.
CONFUSIONES DE LEALTAD PARENTAL: Cuando el nivel de conflicto de los padres es sumamente álgido, los niños muestran sentimientos encontrados, ya que no saben a quién de sus padres demostrar afecto, ya sea al progenitor con quien vive o a quien se encuentra ausente de casa. Muchas veces la forma de adaptarse a esta confusión de lealtad es mostrar una actitud de aceptación con el padre/madre que vive y rechazar o ser distante con el ausente, pero una vez que el padre/madre que tiene la custodia se aleja, suelen mostrar mucho cariño y aprecio con el padre/madre no custodio.
PROBLEMAS ESCOLARES: Las repercusiones que la separación de los progenitores va a tener en los rendimientos escolares y la adaptación al ámbito educativo pueden ser temporalmente inevitables. Pueden bajar de calificaciones, los niveles de atención y concentración descienden y el niño puede mostrarse más abstraído en clase. En algunos casos, pueden mostrarse agresivos con sus compañeros con muy poca tolerancia a la interacción con sus grupos de pares.

Enfado, problemas de sueño, problemas de separación, soledad, son muchos los sentimientos que los hijos e hijas de padres separados tienen que ir experimentando; actualmente sabemos que mucho podemos hacer los padres y maestros para poder blindar de manera emocional a los pequeños a fin de que los efectos del divorcio no sean tan nocivos para ellos; en primer lugar, que los padres puedan transitar por este camino sin tanto caos y agresiones entre ellos, ya que a mayor conflicto parental, mayor afectaciones en los pequeños. Recordar también que “la pareja se divorcia, los hijos de sus padres no”.
En mi próximo artículo, compartiré algunas estrategias que podemos realizar desde el aula para que niños y niñas puedan expresar sus emociones y algunos tips desde lo legal que maestras y maestros deben saber cómo intervenir cuando alguno de los padres quiere negar el derecho de visita a alguno de los padres en la escuela.
Recuerda que si tienes alguna opinión, duda o sugerencia con gusto puedes escribirme a ésta dirección claudia@modaclaus.com
Mtra. Claudia Ibet Navarrete
Directora General
Moda Educativa Clau´S